Lectura 17 Enero 2016
Segundo domingo del tiempo ordinario
Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y su salvación, como una antorcha encendida.
Las naciones contemplarán tu justicia y todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto por la boca del Señor.
Serás una espléndida corona en la mano del Señor, una diadema real en las palmas de tu Dios.
No te dirán más «¡Abandonada!», sino que te llamarán «Mi deleite», y a tu tierra «Desposada». Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se casa con una virgen, así te desposará el que te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la alegría de tu Dios.
cante al Señor toda la tierra;Salmo 96(95),1-2a.2b-3.7-8a.9-10ac.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre.
Día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del nombre del Señor.
adoren al Señor al manifestarse su santidad:
¡que toda la tierra tiemble ante él!
Digan entre las naciones: “¡El Señor reina!
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”.
Carta I de San Pablo a los Corintios 12,4-11.
Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu.
Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor.
Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos.
En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común.
El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu;
a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A este se le da el don de curar, siempre en ese único Espíritu;
a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas.
Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como él quiere.
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Estudió bachiller en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Cáceres. Dos cursos de Filosofía y; uno de Teología en el Seminario de Coria. Cuatro cursos de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca (1943-47) Premio Extraordinario en Teología Dogmática Fundamental y en Instituciones de Derecho Canónico. Ordenado sacerdote el 21 de julio de 1946. Licenciado en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca en el año 1947.
Consiliario de Acción Católica, más de 7 años ; Consiliario de Hombres, 3 años de la HOAC. Profesor de Religión de varios centros 7 años. Asesor religioso de PROA.Coadjutor de las parroquias de San Juan, de Santiago, 5 Rector y profesor del Seminario de Cáceres.Delegado Diocesano de la OCSHA, de la Unión Misional del Clero y pro “Clero Indígena”, más de 6 años. Del 30 de julio de 1957 al 1 de julio de 1959, Capellán de Emigrantes Españoles y de la Colonia Española en Sao Paulo, en Brasil.Director de los Servicios Culturales de la Diputación Provincial de Cáceres, más de 5 años. Delegado Episcopal Patronato Provincial de Archivos, Bibliotecas y Museos, más de 4 años.El día 1 de Noviembre de 1965 fue nombrado Director del Colegio Diocesano.Murió el 20 de septiembre de 1970 a los 48 años.